En el artículo anterior, dejamos a
nuestra protagonista con una crisis profunda. Sola en Madrid,
perdiendo su ya de por sí delicada vista y sin apenas dinero, el
suicidio rondaba por su mente como solución para sus desgracias. Su
fe en Dios, su único amparo tras la pérdida de su madre, empezaba a
desmoronarse.
Pero durante una noche de crisis espiritual ocurriría algo que le dará sentido y objetivo a su vida. Mientras debatía la existencia de Dios en su mente y le pedía de corazón que le revelara el paradero de su amada madre, esta se le apareció en su cuarto, conmocionándola profundamente. Aunque en ese momento no se diera cuenta (como veremos mas adelante) el destino le estaba encaminando a seguir la senda espiritista.
Con su fe en Dios y en Jesucristo renovada, comenzó a buscar alimento espiritual en las parroquias. Es en una iglesia Luterana donde conecta con las enseñanzas de su pastor y de sus fieles.
Varias personas de este entorno ayudaron a Amalia a seguir una senda de crecimiento interior. Incluso una de sus amigas le abrió las puertas a la homeopatía, recomendándole a un médico con consulta gratuita para tratar su paulatina ceguera. Tras un largo tratamiento, Amalia recuperó la vista.
Con su fe en Dios y en Jesucristo renovada, comenzó a buscar alimento espiritual en las parroquias. Es en una iglesia Luterana donde conecta con las enseñanzas de su pastor y de sus fieles.
Varias personas de este entorno ayudaron a Amalia a seguir una senda de crecimiento interior. Incluso una de sus amigas le abrió las puertas a la homeopatía, recomendándole a un médico con consulta gratuita para tratar su paulatina ceguera. Tras un largo tratamiento, Amalia recuperó la vista.
El alma filosófica y curiosa de
nuestra protagonista seguía preguntándose por el sentido de la vida
y el por qué de tanto sufrimiento en el mundo. A través de estas
preguntas un médico materialista le habló de un grupo de «nuevos
locos» (palabras del
propio doctor) que creían en la reencarnación del espíritu. Le dio
un ejemplar de El Criterio,
un conocido periódico de la época relacionado con los círculos
espiritistas, y le indicó dónde se reunían.
Aquí comienza Amalia a fascinarse
por esa corriente de pensamiento filosófico y espiritual, que
respondía a todas sus preguntas existenciales. La inquieta Amalia
comienza a leer toda clase de libros y artículos relacionados con el
espiritismo, e incluso llega a colaborar en El Criterio y
otros periódicos, como La Revelación de Alicante. Al poco
tiempo, gracias a su talento y su dedicación, un conocido
espiritista de la época, el vizconde de Torres Solanot, la acogería
como mecenas de la escritora.
De hecho, a lo largo de su vida llegó
a escribir más de dos mil artículos, cuentos y poemas en revistas y
periódicos, tanto españoles como americanos, especializados en el
tema.
Allan Kardec |
Son bastante conocidas sus
colaboraciones en la Revista de Estudios Psicológicos de
Barcelona, cuyo director la obsequió con las obras completas de
Allan Kardec, considerado el padre del espiritismo moderno, tan
admirado por ella.
Amalia tuvo el honor de asistir como
invitada el 31 de Marzo de 1875 al aniversario de la muerte (o
desencarnación como prefieren referirse los espiritistas) de Allan
Kardec, celebrada en la Sociedad Espiritista Española. Allí leyó
un hermoso poema dedicado a él.
Es en Agosto de 1876 cuando se
traslada a Barcelona a vivir, invitada por el «Círculo
La Buena Vida», sociedad
espiritista de la ciudad condal. Su presidente le ofrece vivir con su
familia en su casa, pidiéndole que deje de coser (los problemas de
visión continuaban para ella) y que se dedicara enteramente a lo que
destacaba: a escribir.
Es destacable la creación de un
periódico espírita elaborado íntegramente por mujeres, La Luz
del Porvenir, en el que Amalia era directora y escribió varios
artículos, alguno de ellos bastante incendiarios para la época.
Aparte de escritora y espiritista, suele ser considerada una
feminista destacada, una luchadora infatigable contra las injusticias
y el sufrimiento humanos.
A través de un amigo médium llegó
a establecer contacto con los espíritus. El más notable fue el
llamado Padre Germán. Amalia escribió la biografía de dicho
espíritu a través de sus revelaciones, dotando a las palabras del
Padre Germán de cuerpo literario. Se abría un genero literario
fascinante, las biografías “post-mortem” que tanto auge tuvieron
en la época.
Tras una activa vida cultural nuestra
protagonista desencarna a los 74 años de edad en Barcelona, el 29 de
Abril de 1909. No pudo terminar su autobiografía en vida, pero
Amalia nos reservaba otra sorpresa. Tres años más tarde la médium
María, su colaboradora en vida, comenzó a recibir mensajes de
Amalia desde el más allá, dictándole la parte sin finalizar de sus
memorias. Dicha obra, escrita a caballo entre este mundo y el otro
(Memorias de una mujer) y sus populares Cuentos
espiritistas publicados de manera póstuma son la mejor forma de
conocer a esta gran mujer de humilde origen sevillano.
Desde aquí nuestro más sincero
homenaje a una persona que, a pesar de las durísimas pruebas que
afronto en vida, en lugar de rendirse luchó hasta el final, siendo
todo un ejemplo de superación personal.
Fuentes:
- magazine modernista
- espiritismo
No hay comentarios :
Publicar un comentario