La Torre de los Perdigones es uno de los pocos monumentos
industriales de Sevilla. Formó parte de la fundición “San Francisco de Paula”, era propiedad de Manuel Mata y fue creada allá por el año 1885.
Como bien indica su nombre, la fábrica era una fundición más de las muchas que existían en la ciudad y estaba dedicada de pleno a la fabricación de productos del plomo y municiones, como los perdigones (tarea que se ejercía en la torre), plomo en barritas, planchas, tubos, acerados y niquelados, ladrillos, piezas especiales para hornos, retortas y arcillas refractarias, tubos de plomo endurecido para grandes presiones, tubos estañados interiormente para la conducción de aguas potables y exteriormente para instalaciones de lujo y de donde posteriormente saldrían las bañeras de zinc (famosas en su época).
Conocida popularmente como "Fábrica de
Perdigones", ubicada en la calle Resolana, en el barrio de San Gil de
Sevilla junto al Puente de la Barqueta, principal acceso a la Expo'92, muy
cercana al cauce del río Guadalquivir y por tanto, al antiguo trazado de
ferrocarril que discurría por su margen izquierda.
Esta torre, de planta cuadrada y levemente tronco piramidal,
está construida con ladrillo de tono claro, recercados en esquinas y
embocaduras molduradas en huecos, de ladrillo visto de tono oscuro. Su altura
se divide, mediante cornisas, en seis tramos. Los tres tramos centrales cuentan
con un hueco de medio punto sobre el que se sitúa un óculo. El tramo más bajo
es el que permite el acceso. Los dos tramos superiores, de menores dimensiones
y separados por un balcón metálico que rodea la torre, cuentan con un óculo
cada uno.
A finales del siglo XVIII se desarrolló una nueva tecnología
para fabricar los perdigones de las municiones que permitía hacerlos más
baratos y más esféricos. Se construyen altas «torres de perdigones» para lanzar
gotitas de plomo desde gran altura para que mientras están en caída libre
adopten la forma esférica.
La fabricación de perdigones se ejecutaba de la siguiente
manera: una vez subido el principal material, el plomo, se fundía en un horno,
con unos grandes cucharones se echaba en cribas de distintos calibres (de
perdigones), las ventanas dejaban entrar el aire cuya corriente hacía el resto,
por efecto de la gravedad los perdigones caían como lluvia.
Hasta finales del siglo XVIII los perdigones de las
municiones de caza se hacían con moldes o arrojando gotas de plomo derretido en
barriles de agua. La primera técnica, la de derretir plomo y echarlo en moldes
con la forma del perdigón era muy lenta y por lo tanto muy costosa.
La de arrojar gotas de plomo a un barril de agua no producía perdigones suficientemente esféricos. A William Watts, de Bristol, se le ocurrió una forma nueva de hacer perdigones, baratos y perfectamente redondos. La idea es genial por lo sencilla.
Se hace una torre alta, en la parte alta de la misma se pone un horno para fundir el plomo. Una vez fundido se echa en una especie de colador metálico, en cuyo fondo hay agujeritos. El plomo pasa por los agujeros y cuando tiene un tamaño predeterminado cae. Entonces viene la idea genial, en caída libre los cuerpos no pesan, y sin peso se agrupan formando una esfera.
Aunque al salir del «colador» las gotas tuvieran una forma alargada, al caer durante muchos metros adquiere una forma esférica perfecta.
Aunque al salir del «colador» las gotas tuvieran una forma alargada, al caer durante muchos metros adquiere una forma esférica perfecta.
Abajo, hay una «piscina» con agua fría que hace que los perdigones se solidifiquen inmediatamente con su forma perfecta y rodaban al exterior a través de una rampa.
Las que rodaban sin problema al exterior porque estaban completamente redondas se empaquetaban y se vendían, las que no rodaban se recogían y se volvían a fundir.
Los perdigones que se fabricaban no eran todos del mismo tamaño, pues éste dependía del grosor de los agujeros del «colador».
Los perdigones que se fabricaban no eran todos del mismo tamaño, pues éste dependía del grosor de los agujeros del «colador».
Es sumamente interesante pensar que a finales del siglo
XVIII una persona usase la idea de la caída libre para producir esferas.
Todavía es más sorprendente que su torre estuvo produciendo perdigones hasta
1968, cuando la fábrica fue desmantelada.
Hoy en día la fabricación de
perdigones se hace por una nueva técnica llamada de Bliemeister, pero esa es
otra historia.
CÁMARA OSCURA:
Al estar situada estratégicamente en límite norte del casco histórico, sus 45 metros de altura, la convierten en mirador ideal, desde donde poder deleitarse y fotografiar, al que está considerado unos de los mayores centros históricos de Europa.
Asimismo en su interior alberga una de las pocas cámaras oscuras existentes en el mundo, fue inaugurada como tal el 28 de marzo de 2007. Se puede observar de forma diferente y amena, imágenes en vivo de diversas zonas de la ciudad, siendo un nuevo atractivo turístico permitiendo ver la ciudad desde una altura casi la mitad de la Giralda.
Al estar situada estratégicamente en límite norte del casco histórico, sus 45 metros de altura, la convierten en mirador ideal, desde donde poder deleitarse y fotografiar, al que está considerado unos de los mayores centros históricos de Europa.
Asimismo en su interior alberga una de las pocas cámaras oscuras existentes en el mundo, fue inaugurada como tal el 28 de marzo de 2007. Se puede observar de forma diferente y amena, imágenes en vivo de diversas zonas de la ciudad, siendo un nuevo atractivo turístico permitiendo ver la ciudad desde una altura casi la mitad de la Giralda.
Proyecta una imagen viva y en movimiento de lo que está ocurriendo en ese mismo instante en el exterior. En ella podrás contemplar monumentos, iglesias, el río Guadalquivir e incluso el aeropuerto.
La cámara oscura es un instrumento óptico capaz de obtener
la proyección plana de una imagen. Consta de una pantalla blanca, un espejo y
unas lentes de aumento.
El espejo y las lentes están al final de un tubo
situado encima de la pantalla a modo de periscopio. La luz entra a través de
una ventana, incide sobre el espejo, y pasa por las lentes haciendo que la
imagen se refleje en la pantalla. El resultado es como ver una fotografía en
movimiento.
Una cámara oscura viene a ser en resumen, un cuarto cerrado
y oscuro que tiene un pequeño orificio por donde entra la luz y que refleja la
imagen exterior invertida en una de sus paredes, es decir, dicho de otro modo,
hace la función simplificada de un ojo humano.
En ese orificio hay un sistema de lentes y espejos que
permiten reflejar la luz directamente en una mesa cóncava situada en el medio
de la cámara y con esos "barrotes" y cuerdas que cuelgan el guía
puede girar y controlar las lentes como si fuera un periscopio para mostrar en
la mesa lo que quiera del exterior.
La mesa cóncava donde se ve reflejada la imagen exterior
como si fuera una película en vivo, cuando el guía quiere mostrar algo situado
más lejos o más cerca, puede ajustar la nitidez de la imagen simplemente
subiendo o bajando la altura de esta mesa al igual que hace un fotógrafo cuando
gira la rueda de enfoque del objetivo.
Básicamente las Cámaras Oscuras son los antecedentes de las
actuales cámaras fotográficas y de hecho en la mesa de la cámara de Sevilla se
han tomado fotografías poniendo un papel fotográfico encima.
- Abierto todos los días de 10:00 a 18:00 horas
- Visita guiada, duración de la visita: 30 minutos
- Máximo de 10 personas por sesión
- Acceso mediante ascensor
- Está permitido hacer fotografías
- El mirador es visitable
Fuentes: https://es.wikipedia.org
- http://www.camaraoscuraworld.com/es
- http://www.sevillaguia.com
- http://www.terceracultura.net
- http://www.iaph.es/web
- http://desdesevillaalospicosdeeuropa.blogspot.com.es
- http://viajerocurioso.blogspot.com.es
***********************************************
Si vas a copiar, difundir este articulo o ponerlo en otro sitio te lo agradecemos de corazón, solo te pedimos que nos cites como fuente, como hacemos nosotros. Gracias
SMYL©2016
No hay comentarios :
Publicar un comentario