SEVILLA MISTERIOS Y LEYENDAS: Pasados por agua

Son incuestionables los numerosos beneficios de la natación, siempre encabezada por la afirmación “es un deporte muy completo”. Y no falta razón en esto, ya que se incrementa la fuerza, la potencia, la resistencia y la flexibilidad del cuerpo. ¡Todo en uno! Esto es porque al nadar se mueven prácticamente todos los grupos musculares del cuerpo, aunque esto dependa un poco del estilo que se nade, claro está.

También es beneficioso porque en el agua se evitan lesiones, así que es muy recomendable para la gente mayor. Además, este grupo de personas también se verá beneficiado a nivel mental porque incrementa la capacidad de memoria, por requerir concentración y coordinación. Es recomendable para cualquier persona, incluso embarazadas, gente con problemas leves de movilidad o gente con problemas de sobrepeso que, por sus características, encuentren dificultades a la hora de practicar deportes en tierra.

Antes de pasar a los diferentes estilos de natación, os daré algunos consejos que, en mi opinión, son buenos para introducirse en esta práctica. Lo mejor sería empezar por apuntarse a algún cursillo de iniciación o algo más avanzado si ya sabéis nadar para ir cogiendo técnica, pero si por vuestras circunstancias no podéis, lo mejor es empezar centrándose en la respiración.

La respiración marcará la diferencia a la hora de vuestra capacidad para resistir un largo. Lo mejor es acostumbrarse en el bordillo a meter la cabeza unas cuantas veces en el agua, contener la respiración, y volver a sacarla. Luego ya vendrá el paso de respirar por un lado (o por los dos, si se prefiere, pero esto ralentiza un poco), como los nadadores que estamos acostumbrados a ver en las competiciones. Esto es bueno practicarlo con los brazos sobre una tabla mientras se mueven los pies.

Los estilos

Crol

Los brazos se mueven alternamente con la palma de la mano hacia abajo, cuando un brazo está en el agua, el otro estará en el aire. La patada de crol es un movimiento oscilante de caderas y piernas hacia arriba y hacia abajo, con los pies orientados hacia adentro.

En competiciones el estilo denominado “libre” casi siempre es el crol el elegido por los nadadores, por tratarse de la técnica de avance más rápida.

Espalda

Este estilo también se nada alternando brazos y piernas, pero en posición dorsal. Las brazadas se dan de manera más lateral. La cara nunca queda sumergida, a excepción de los volteos y las salidas. En este estilo, como no se ve el bordillo, es importante coger puntos de referencia, como por ejemplo, las banderillas que suelen poner, y contar las brazadas que se tienen que dar antes de cocar con el bordillo. Si no hay banderillas, se pueden tomar como referencia las escalerillas, mirando de reojo, o algún elemento del techo. Esto parece obvio pero, creedme, es más común de lo que parece darse con la cabeza en la pared.

Braza

Este estilo es el más lento de los cuatro, y tiene impacto sobre meniscos, rodilla y zona lumbar. Su ejecución consiste en abrir los brazos por debajo del agua y hacia adelante, describiendo un semicírculo y volviendo a la posición original. Cuando los brazos vuelven a juntarse, son las piernas las que deben abrirse ejecutando ese mismo movimiento, también por debajo del agua. Para respirar, se hará cuando los hombros se encuentren fuera del agua.

Mariposa

En este estilo ambos brazos se llevan hacia adelante juntos, por encima del agua, y posteriormente hacia atrás. Va acompañando de un movimiento ondulante de caderas hasta los pies, lo que también se conoce como “patada delfín”. Los pies van juntos y descienden bruscamente. Este estilo también conlleva una sobrecarga para la espalda, por lo que no es recomendable si se tienen problemas en esa zona.

Más consejos

En crol y espalda normalmente se voltea para ganar impulso y rapidez. El truco para esta voltereta acuática es echar el aire por la nariz cerrando la boca para que no nos entre agua.

Otro consejo que os va a ser útil es cómo evitar el empañamiento de las gafas. Hay líquidos anti vaho que, personalmente, a mí no me sirvieron para mucho. El método más efectivo que conozco para prevenir esto es impregnarlas por la parte de dentro con nuestra propia saliva y aclararlas metiéndolas en el agua antes de ponerlas.